Ella

Sueños suicidas y esperanzas rotas, cicatrices profundas y tristezas anecdóticas.
Ella era hermosa y no lo sabía, conjunto de inusualidades que solo en ella parecían perfectas. Anda por ahí sin consciencia de las emociones que despierta, distraída en sus ideas, ensimismada, sola; basta con mirarla andar para notar que es tan distinta, que parece venida de otro mundo.
Desencajada, vacilante, un tanto misteriosa.


Ojos cafés y labios rosas, tenía una nariz de esas raras que solo en ella podría verse bella.
Parecía tener el cosmos condensado en su mirada, profunda, caótica.
Sus manos blancas eran una bomba de tiempo, en cualquier momento se detenía el cronómetro y explotaban en caricias, jugueteando en mi piel, como recorriendo caminos invisibles, como conectando el final con el principio.
Ella era simple, pero tendrían que haberla visto con mis ojos. Ella era tanto, que no alcanzo a describirla en palabras.

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