Me duele tu silencio

Un día de pronto entraste en mi vida para robarme la sonrisa.

Bastó siempre con mirarte para ser feliz. Eres ese chico extraño y divertido, lleno de ideas -y aunque no lo reconozcas- también de sueños.

Me gusta que contigo soy más transparente que nunca, con belleza y con miedos, amo desmedidamente esas conversaciones interminables que teníamos, ese hablar y no hablar que solo tu y yo entendemos. Me gustan tus gestos de nobleza tanto como tus arranques de ira.

Me enloquecen esos ojos dulces y su brillo tenue, esa sonrisa coqueta, ese secreto entre nosotros.

Somos una historia de esas indefinibles, diferentes; una de esas que es tan fácil complicar con nuestras sombras. Te quiero tanto que se llena mi alma y duele.

Nos volvimos dueños de la distancia, de un fracasado intento de olvido.

Hoy me duele tanto tu silencio, me hace falta tu abrazo, aunque te resulte imposible... te extraño.