Nos ganó la humanidad


Los segundos pierden sentido, la distancia me cobra tu ausencia con vacío. 
Por un momento te vi, por dos segundos creí que podías amarme, por un instante pude verme en el brillo de tus ojos, pero entonces recobraste el sentido y te uniste de nuevo al dolor, volviste a sacarme de tu vida. 
Fuimos dos tontos jugando a ser felices, creyendo que en esa habitación dejaba de existir el mundo, pero nos alcanzó la realidad, tan cruda, tan hiriente; se nos disolvió como sal la alegría en el agua de las dudas, nos ganó la humanidad.
No pude pedir que te quedaras, pues siempre supe que tu pasado estaba presente, que debía soltarte, porque no estabas dispuesto a soltar tus demonios. Quise dejarte ser, aunque eso implicara extrañar cada detalle único y perfecto. 
Hay momentos que en mi memoria parecen tan cortos y sin embargo tenemos secretos, palabras, chistes que solo tu y yo entendemos. 


Y de pronto me encuentro a mitad de la noche anhelando esas conversaciones largas, escucharte hablarme, a mí, así y cruzarme con tus ojos entre la tenue luz de una vela, vuelvo extrañarte.
Llegué a creer que podías sanarme con tu beso cálido, que podías abrazarme para recobrar tus fuerzas. Eran tus manos un puñado de caricias que hoy se deslizan por un caño. Casi puedo sentir tu aliento en mi pecho, casi puedo escucharte diciendo que querías quedarte en ese mundo conmigo para siempre. Vuelvo a llorar de dolor, de rabia, de decepción, ese mundo no existe, esas personas que creyeron encontrar un instante mágico son de cartón, cobardes para darse vida, frágiles para enfrentar un mundo corto punzante. 
Después de todo me parece que merezco el sentimiento que opaca mis ojos, que todo esto es una mierda, que siempre fue un absurdo, un camino sin salida, un veneno que corroe el alma lento.

Comentarios

Entradas populares